martes, 26 de abril de 2011

Un poema de Ana Merino

Terapia del adiós
.
Respira
y deja que te habite
ese cosquilleo
que cruza el umbral de tu puerta,
deja que germine
esa sensación
de deseo enhebrado
que hoy te espía
y se alimenta de tu extrañeza
y brota de la curiosidad
como si fuese
el espejismo puro
de una niñez perdida
que dibuja en silencio
la frágil silueta de tu sombra.
.
Deja que se enrede en tus miedos
que se refleje en ti
como un cometa helado
para que su rastro
se fabrique con tu aliento
y exista porque quieres
anudar el lenguaje sigiloso de su cuerpo
sin que apenas se inmute
el surco cotidiano de las cosas.
.
Deja que nazca
para que pueda recordarte
y su amor se parezca
al vértigo secreto de la vida
y aprenda a conformarse
con un sorbo de tiempo disfrazado
de muchas despedidas.
.
.
Ana Merino (1971, Madrid. Vive en Iowa), de Curación, Visor, 2010. Ha publicado, en la misma editorial, cuatro títulos más, entre ellos: La voz de los relojes, 2000 y Compañera de celda, 2006. Ensayo: El cómic hispánico.

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